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Una Vez Más - Arco Piloto, Capitulo 3 - Fictograma
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Una Vez Más - Arco Piloto, Capitulo 3

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JMFK10

Publicado el 2025-09-05 23:53:20 | Vistas 382
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Capítulo 3
Calma, Respira, No Pierdas

El resto ya lo espera en la entrada del campamento.

Son siete en total, incluyendo a Rael. Algunos llevan mochilas; todos, sin excepción, están armados. Rael porta espada y escudo; otros llevan lanzas o hachas. Aiden, en cambio, solo carga su espada y un par de vendas. No necesita más. Se acerca lentamente al grupo.

—Vaya, vaya, no creí que fueras a aparecer, empezaba a pensar que sería una misión suicida —dijo Rael mientras soltaba una carcajada, un burdo intento de suavizar el ambiente. Aiden solo guarda silencio y voltea a verlo con el ceño fruncido, mostrando claramente su disconformidad con la situación.

—No vine a seguir socializando, si no falta nada más, partamos, no quiero volver tarde.

—… Si, bien, bueno, no falta nadie más—

Rael nota la espada de Aiden.

—Oye, espera un segundo… ¿De verdad planeas ir con una espada así de grande?, ¿Acaso puedes manejarla?

—No es problema.

—Pero ¿seguro que te es cómo—?

—Dije… que no es problema —Aiden se muestra molesto ante la insistencia.

—Bien, bien, como digas… ¡Hey!, ¡Tu!, llegó la hora, guíanos hacia donde viste a la criatura.

—¡S-sí!, bien… síganme, el camino por el bosque es algo confuso, así que no me pierdan el paso —respondió el explorador.

Y así, el grupo comienza el viaje…

Los bosques son fríos, hay una niebla densa en el suelo debido a la humedad. Se huele con facilidad la frescura de las plantas y de los árboles—

Ahh… Este ambiente me relaja un poco… de estar en otras circunstancias, creo que me perdería un rato largo caminando por ese sitio… sería mejor aun teniendo a Eri a mi lado.

Quizás hasta podríamos venir algún día, extender una manta, y sentarnos a comer… sería un buen plan… joder, pensar en comer me dio hambre… y ahora que lo pienso, no tomé el pan que me ofreció Eri… carajo, espero que no le haya molestado… tendré que aguantar un rato más el hambre.

Algunos de estos sujetos llevan mochilas, tal vez lleven algo de comer, ¿y si les pidiera?

No, no, es igual… no hace falta… ¿Para qué molestarme?, no tengo “Tanta” hambre.

¿Tu pasas hambre?, hace tiempo que intento hablar contigo, no estoy seguro de lo que eres, o si realmente hay algo más dentro de mi… pero sí sé que me hablas… en mis sueños… pidiéndome salir…

¿Qué rayos quieres de mí?... sinceramente no lo entiendo… y eso me da miedo. Mantenerme sereno no me es muy fácil desde que todo esto comenzó, parece que a más golpes recibo, mayor es la ira que siento… ¿acaso eso eres tú?, ¿alguna clase de manifestación de mis instintos?, ¿o solo la rabia encarnada?

Da igual lo que sea, no debo perder el control y ser solo el espectador otra vez… no quiero que me tenga miedo.

Eri… me hubiera gustado que vinieras, así me sentiría más seguro… pero—

—¡Hey! —Algo interrumpe la ola de pensamientos de Aiden, alguien llama su atención.

—Oye… “Aiden”, ¿verdad? —pregunta uno de los soldados que iba a su lado al final de la formación.

—Si… ¿Qué ocurre?

—Espero que no te moleste… ¿Pero de verdad puedes manejar eso?

—… ¿Te refieres a mi espada?

—¡Si!, es que es enorme, ósea, a comparación de las que llevamos nosotros.

El joven mira con expectación la espada de Aiden, es obvio que quiere tomarla, por lo que este solo la toma y se la ofrece.

—¿Puedo?, ¡genial!

El muchacho toma la espada, pero su filo cae al suelo debido al peso. Esta se hunde un par de centímetros en la tierra y el joven intenta recuperar el control del arma usando las dos manos, lo cual logra por un momento, pero con mucha dificultad.

—¡Carajo!, está muy pesada, creí que sería más ligera al no ser del filo demasiado ancho, pero esto es como sostener un enorme trozo de hierro.

Aiden ríe un poco. Toma la espada usando solo una mano y la levanta para ponerla en su espalda sin apenas dificultad.

—¡Vaaaya!, pues sí que eres fuerte como para manejarla como si fuera de madera. Qué bueno que vienes con nosotros, ahora me siento mucho más aliviado, estoy a punto de dejártelo todo a ti —dijo mientras soltaba una sonrisa.

—¡Shh!, hagan silencio, estamos llegando —Dijo Rael, interrumpiendo al chico.

Todo el mundo baja el ritmo, se siente el nerviosismo en el aire, las pisadas se sienten más pesadas…

Cierto, habían pasado bastante tiempo desde que el grupo partió del campamento, tarde o temprano debían llegar a su destino, y tal parece que encontraron su objetivo un poco antes de tiempo.

—¡Agáchense!

Rael nota a varios metros a la criatura, camuflada con los árboles.

El grupo se pone a cubierto, vigilante ante cualquier movimiento.

—Entonces sí que se estaba moviendo, cuando pasé por aquí, estaba a un kilómetro más allá… avanza poco, pero avanza.

—¿Qué haremos? —pregunta uno de los jóvenes.

Aiden nota un área elevada cerca del gigante, con algo de impulso, y mientras la bestia no se mueva, podría—

—Miren eso, allí, a la izquierda del monstruo.

Todos voltean a ver en la dirección que indicó Aiden.

—Creo que tengo una idea… Puedo subirme por esa zona, mientras ustedes se ocultan por los alrededores, y cuando estén en posición, salto y le atravieso la cabeza con mi espada. —hace unos pequeños gestos con las manos como si diera un ejemplo de lo que hará —Esa será su señal, estoy seguro que no será suficiente para acabarlo, pero ustedes no deben perder el tiempo, lo atacarán con todo lo que tengan para así tirarlo al suelo y rematarlo.

—¿Estás de acuerdo? —le pregunta a Rael.

Este lo piensa un momento, pero está claro que un ataque frontal no es una buena idea.

—Está bien, no tenemos muchas más opciones, haremos lo que dices.

—Bien, entonces no perdamos el tiempo. No se acerquen demasiado a esa cosa y estarán bien.

—Espera un segundo, déjame ir contigo, por si las cosas salen mal.

El joven de antes ofrece acompañar a Aiden, desconoce la razón, pero valora su iniciativa.

—Bien… vámonos.

—¡Ya lo oyeron!, pónganse en marcha.

Todos se dirigen a diferentes ubicaciones sigilosamente, mientras que Aiden y su compañero se ocultan en lo alto. El salto que debe realizar es largo, pero con algo de esfuerzo, puede hacerlo y dañar de gravedad al monstruo.

—Cuando me enfrenté a uno de estos, tuve que hacerlo de frente, no tenía esta misma ventaja —susurra.

—¿Sí?, ¿Y cómo terminó?

—Acabé con algunas costillas y el brazo roto, pero por suerte, estas cosas al ser tan grandes, no se regeneran muy rápido, así que aprovecharemos eso. La idea es herirlo lo más que podamos sin darle tiempo a contratacar.

—Bien, bien, entiendo.

El joven comienza a sacar algo de su mochila, lo cual llama la atención de Aiden.

—Oye, que estás—

Ve como este saca una escopeta recortada de su mochila—

—¿¡Qué carajos crees que haces!? —dijo visiblemente molesto mientras apartaba el arma de sus manos.

—¿Pero que—?

—No puedes usar algo así aquí, ya de por si debemos lidiar con esa cosa para que atraigas a más.

—Pero podría ayudarnos y así no exponernos tanto…

—Sí, y el ruido atraerá a todo lo que esté como a dos kilómetros a la redonda.


Le quita la escopeta y la arroja hacia un lado.

—Esto es lo que debes usar —Le ofrece la espada que el joven había apartado —Corta profundo, y nunca la sueltes sin importar lo que pase.

El chico solo afirma con la cabeza.

Aiden solo mira con cuidado los alrededores, deben ser ya las 9 de la mañana, pero el frio no cede, la humedad del bosque se huele y la tensión sigue aumentando. Tiene los dedos helados, es difícil mantener el agarre así, por lo que, con decisión, aprieta con fuerza la empuñadura de su arma.

Me siento un poco mareado y mi pecho retumba como loco… mentiría si dijera que no tengo miedo… pero ahora no importa cuánto, ni como, ni porqué… si decidí arriesgar lo poco que me queda, que al menos sea sin dudas en mi corazón… ¡Se lo prometí!... ¡Hoy… No… Moriré!

Junto a esas palabras de aliento, Aiden salta con fuerza antes de que las dudas lo invadan.

Por un momento, la briza helada se siente refrescante en su rostro mientras aprieta con fuerza su espada apuntada al cráneo del monstruo.

En ese momento, pareciera que todo va a cámara lenta, como si el mundo hubiera dejado de girar para darle el respiro que necesitaba.

Pero entonces…

La bestia se gira… solo para mirarlo directamente…

¡¿Qué?!... ¡¿Cómo es que?!... acaso… ¡¿ME OLIÓ?!

Una garra inmensa lo intercepta mientras aún se encuentra en el aire.

Se cubre rápidamente con su espada, pero no es suficiente, la descomunal fuerza del golpe lo lanza hacia un árbol cercano como si fuera un muñeco de trapo.

¡Crack!

El tronco se sacude con fuerza.

Aiden solo puede caer a la sombra de este, junto a un quejido sordo.

Mierda… no puedo hablar… mi espalda… mis brazos…

No puedo respirar… me estoy ahogando… ¡mierda!, ¡mierda!

Aprieta los dientes con fuerza y levanta su cabeza, rogando que sus pulmones vuelvan a funcionar.

Pero el monstruo no espera, y se acerca a donde arrojó a su víctima.

Carajo, mi espalda duele… creo que me rompió una o dos costillas… mis brazos no dejan de temblar… no puedo moverme… tampoco puedo respirar… ¡¿Por qué estoy paralizado?!

Tengo que moverme… ¡MIERDA!, ¿Cómo es que salió mal?... desgraciado… me hiciste… mi pecho duele… joder… ¡voy a matarte…! tengo que levantarme…

¡Vamos!, ¡Vamos!

Da una gran bocanada de aire—

—¡VAMOS!, ¡QUE CARAJOS ESPERAN!, ¡ATAQUENLO DE UNA VEZ!

El resto no sabía bien que hacer, habían quedado paralizados por el contrataque del monstruo, pero ese grito los sacó del trance…

Con valentía en sus corazones, acompañados de sus gritos de guerra, todos se lanzan a atacar. Aiden, respirando con dificultad, se pone de pie a duras penas apoyándose en su espada… su cuerpo no parece responderle demasiado bien, aunque eso ya no importa demasiado, los gritos han desviado la atención de la bestia.

¡Diablos!... tengo que incorporarme a la pelea o esa cosa acabará con todos en un pestañeo.


¡LEVANTATE!... ¡No pienses!, y solo… ¡Ataca!

Con todas las fuerzas que le quedan, se lanza raudo al ataque.

Sin embargo… el combate apenas estaba comenzando…




Y mientras tanto, en un lugar donde los gritos y el estruendo de la batalla no alcanzaban a llegar, el campamento entero se mantenía expectante. Algunas de las familias de los soldados esperaban con el alma en un hilo… y junto a ellas, Erina, firme junto a la entrada, no apartaba la vista del camino.

Unos jóvenes que se encontraban entrenando en ese momento, en su descanso, circulaban cerca de ella, notan su preocupación y deciden acercarse.

—¡Hola señorita!, ¿Qué tal está?, usted es la acompañante del sujeto con la espada enorme, ¿verdad? —dijo uno de los muchachos.

—S-sí, soy yo, ¿ocurre algo? —ella nota que cargan con espadas y lanzas de madera —oh… ¿estaban entrenando?, ¿qué tal les va?

—Pues ya que lo pregunta, no muy bien, el señor Rael se fue junto al grupo y no tenemos quien nos entrene… además que no nos dejó nada que hacer mientras lo esperamos, por lo que solo estamos peleando por diversión.

—Oh… entiendo, pero díganme, ¿hay algo en lo que pueda ayudar?

Una joven se acerca a Erina.

—De hecho… nos preguntábamos si es que nos podía ayudar con algo…

—Pensamos en que como usted viaja junto al señor, tal vez… ¿podría saber una que otra técnica que nos pueda enseñar?

La chica se aleja rápidamente de Erina y se acerca triunfante al grupo, tal parece que estaban intentando hablarle hace rato, y que no encontraban quien fuera el valiente para acercarse y preguntarle.

Erina solo sonríe.

—¡Claro!, sé un par de cosas que Aiden me enseñó en nuestros entrenamientos, creo que puedo enseñárselos—

Los muchachos celebran la afirmación, poniéndose en marcha hacia el área de entrenamiento mientras la chica arrastra de la mano a Erina.

Una vez allí, los chicos le entregan una espada de práctica, es de una hoja larga y un mango pensado para usarse a dos manos.

¡Vaya!, es un poco más grande que la que uso, pero no debería costarme usarla con una mano, supongo que debe ser más ligera al ser de madera, creo…

—Vaya… ¿va a usarla a una mano?

—S-si… ¿tiene algo de malo?

—Bueno… no, pero es que son algo pesadas, no podemos usarlas a una mano… ¡Si que debe tener fuerza para poder usarla así! —dijo mientras reía.

¿Qué?, ¿en serio?... Pero solo sé usarla así, digo, así es como la usa Aiden: ‘una mano para golpes rápidos, dos para golpes fuertes’… o algo así fue lo que dijo. Si dicen que es pesada y aún así puedo usarla como sé hacerlo… entonces supongo que está bien.

—Ah pues… tal vez la fuerza de Aiden es contagiosa —dijo mientras sonreía.

Los chicos solo abren la boca con asombro.

Ahora, expectantes de lo que les pueda enseñar, comienza el entrenamiento. Erina, sin saberlo, parecía la viva imagen de Aiden al combatir… le alegraría saber que todo lo que le enseñó lo está usando para ayudar a otros… quizás sentir algo de orgullo…

Pero no puede saberlo, no en este momento, mientras la lucha por la supervivencia continue…




Esquivando por instinto, Aiden se libra de las zarpas del monstruo, mientras empuja a otro de los soldados para evitar que sea lastimado.

Mierda… no puedo seguir así… ya el golpe de hace rato me dejó muy lastimado, y ahora tengo que esquivar con cuidado… pero si me tomo demasiada libertad… otro más puede morir…

Ya eran cuatro los caídos, quedan tres más.

Uno solo de esos golpes es suficiente para destrozarlos por completo, ahí radica la peligrosidad del combate.

Pareciera que sin importar cuanto lo lastimen, la bestia no cede.

Aiden tiene clara una cosa, debe apuntar a la cabeza, estos cortes superficiales a los brazos y las piernas no lo harán caer—

Pero tampoco puedo escalarlo… ¡¿Qué hago?!—

Otro zarpazo se avecina, interrumpiendo su desesperación.

Logra desviarlo usando su espada y con mucha dificultad, pero—

—¡NO!, ¡ESPERA!

El golpe desviado se dirige a otro de los soldados.

Este, ya cansado, decide recibir el golpe de frente junto a su espada, rezando por atravesar su puño.

El impacto… solo lo manda a volar a uno de los árboles cercanos, destruyendo su cuerpo entero.

Todo el árbol quedó pintado en rojo sangre… una escena horrible… pero no en vano.

La hoja rebanó uno de los dedos del gigante.

¡AHORA!

Antes de que el gigante retire su mano, Aiden, con un corte rápido y preciso, le arrebata 2 dedos más.

Este se acerca la mano al cuerpo y da un chillido estruendoso del dolor.

—¡VAMOS!, ¡AHORA ATAQUENLO!

Aiden se apresura y salta hacia el estómago de la bestia, decidido a atravesarlo aprovechando su dolor.

Sigue adelante… solo tengo que llegar y rajarle el estómago… ¡Tengo que—¡

Pero su ataque es interrumpido.

—¡NO PUEDE—!

La prisa pudo con él.

La bestia no se centró en su herida, y prefirió defenderse.

El golpe no vino de frente.

Un rugido, acompañado de un zarpazo, y entonces—

¡THUD!

Aiden sintió como el aire se le escapaba de los pulmones mientras era lanzado como un muñeco de trapo. Tal fuerza lo arrastró varios metros en el aire.

No puede ser… yo no…

¿Cómo es que…?

Otra vez veía todo a cámara lenta, mareado, no podía hacer nada para detenerse, algo tenía que interponerse.

Pero lamentablemente esta vez no fue un árbol.

Fue Rael.

El sonido seco del choque entre ambos fue desgarrador, Rael no tuvo tiempo para defenderse, ni esquivar, solo podía mirar como Aiden era lanzado en su dirección.

Ambos cuerpos cayeron al suelo, y después… puro silencio.

Aiden no volvió a moverse.


Una voz tenue se escucha a lo lejos—

¿Qué?… esa voz… ¿me está llamando?

Qué cansado estoy… solo un segundo más… necesito… descansar…

—… den…

Solo quiero descansar un momento… no debería estar mal… si no descanso, no podré ir a… combatir… con—

—¡AIDEN!

Abre los ojos, y despierta de un sobresalto.

Es el joven de antes, aquel que conversó con Aiden mientras caminaban. Está luchando solo contra el gigante.

Aah… mi espalda… ese desgraciado, otra vez me envió a volar… aunque no recuerdo lo que me hizo chocar, ¿Qué fue lo que—?

Nota el cuerpo de Rael un par de metros más allá, corre hacia allí.

—¡Rael!, venga, despierta —dijo mientras lo sacudía —Vamos, tienes que levantarte, o si no…— Sus peticiones caen en oídos sordos

—Vamos… solo un esfuerzo más… ya casi lo tenemos, pero necesito tu ayuda. Intenta levantarlo... pero su cuello cede con un crujido seco.

Estaba roto.

El detuvo su caída, costándole la vida.

¿Cómo es que…?, ¿Qué pasó?...

—No es posible…

—…

Otra vez… ¿Por qué…?

El joven aún lucha a lo lejos.

Voltea en dirección a Aiden.

Sus ojos se iluminan al verlo despierto.

—¡SÍ!, ¡eso es!, sabía que te levantarías, vamos, tenemos que seguir lu—

¡KRASH!
—…


“No hay espacio para distracciones aquí, luchamos para ver el sol una vez más, para proteger a las personas que nos importan. Nos jugamos más que solo nuestra propia vida.”

“Somos aquellos que separan los horrores del mundo, de aquellos inocentes que no pueden defenderse… no importa lo jóvenes que sean… si tienen la fuerza de voluntad para tomar un arma y luchar… háganlo con valentía en su corazón, y nada más.”

Ese fue el discurso que dio Rael en uno de los entrenamientos… sinceramente pensaba que no eran más que palabras para motivar, poco más que eso…

¿Realmente tenían otra opción?

¿Acaso yo la tengo?

Parece que todo lo que hago no sirve para nada… no importa cuánto crezca, cuanto mejore… todo siempre acaba igual.



El cuerpo del joven sale disparado.

Es destrozado al impactar con un árbol cercano.

Toda la escena es espantosa, solo Aiden queda con vida… sosteniendo el cuerpo de Rael entre sus brazos.

La sangre se puede oler en el aire, y la niebla se ha teñido de rojo… ¿Estas son las consecuencias?

—No puede ser…

Frustrado, aprieta los dientes, y cierra sus puños envueltos en sangre.

Mi pecho duele otra vez… me cuesta respirar…

Tal vez deba… pero se lo dije… le dije que no…

No debo…

Aiden, con sus ojos envueltos en rabia, levanta la mirada hacia la bestia.


¡TU!... ¡ESTO ES TU CULPA!

DESGRACIADO…

NO PUEDO DEJAR QUE—

MALNACIDO…

VOY A—

TE MATARÉ…

TE JURO QUE—

SE LO PROMETÍ…

LE DIJE QUE NO LO HARÍA…

¡LE DIJISTE QUE NO LO HARÍAS!


Algo quiere salir.

Algo malo.

¿Será suficiente?

¿O esta vez sabrás controlarlo?

Aiden solo mira con rabia al gigante, quien ya se ha puesto en marcha hacia su siguiente víctima.

5.0 (1)
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Avatar de JMFK10
JMFK10 2025-09-06 17:37:30

Tienes razón, debí centrarme más en darle el liderazgo a alguno de los 2 personajes, no a los 2. Si bien parte de los errores que cometo culpo a la "limitación" de estar escribiendo un arco de la historia "corto", si me hubiera gustado profundizar más en mostrar a Rael como líder mas presente. Gracias por señalar esos los detalles, me es de mucha ayuda.

Avatar de yamifernan
yamifernan 2025-09-06 11:22:40

La historia es emocionante. Mira lo que pienso, y es solo mi opinión (muchas veces errada): Definitivamente, tienes que trabajar en los dialogos, para que tengan mayor sustancia y estén acorde con la caracterización de los personajes (parece que todos hablan con voz de adolescente); esto evita el temido problema de que todos tengan una sola voz, o sea, la tuya, la del narrador. Eso te lleva a la necesidad de caracterizar mejor a los personajes. Por ejemplo, Aiden y Rael son digamos líderes del tipo Alfa, su relación con los demás debe ser distante (su trato entre ellos, si son recién conocidos, por tanto, también debe ser distante, de respeto, incluso de repulsión porque dos alfas no se llevan), así como su trato con el resto del equipo quienes deben respetar su carácter agresivo. También, como alfa, Aiden no puede tener pensamientos muy "sentimentales" y su voluntad debe ser de hierro y de aguante, nunca quejarse ni pedir privilegios. Vive para él y para su novia Erin, por quien matará a la primera amenaza. Su pensamientos deben ser en todo caso, agresivos la mayoria de las veces porque esa es su naturaleza. En el caso de su trato con Rael, se ve que éste es de menor jerarquía, por lo cual muere a causa de su poca capacidad de liderazgo. En el caso de Erin, es una mujer alfa, por lo que también debe los que se dirijan a ella deben tratarla con respecto y hasta miedo. Un chico no puede acercarse a ella y dirigirse con un "Hey, tú", no sin antes ser reprendido por Erin. Espero que esto te ayude.

Avatar de JMFK10
JMFK10 2025-09-06 01:13:22

Cualquier opinión me es de mucha ayuda, por lo que no se la ahorren :)