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GUNMAN : PROLOGO - Fictograma
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GUNMAN : PROLOGO

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REAPER

Publicado el 2025-08-24 02:06:20 | Vistas 271
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PRÓLOGO:
LET THERE BE BLOOD

 

 

La lluvia hacía que el parabrisas pareciera una obra de arte natural. Las luces parpadeantes de los decadentes faroles dejaban al conductor desorientado mientras que el resto del grupo en la Van apenas y despegaban la mirada del suelo.

– ¿Por qué aceptamos esta mierda?

El locutor jugaba con un cuchillo, lo pasaba entre sus dedos aún sin alzar la mirada. La intermitente ausencia de luz causaba que cada tanto el cuchillo tambaleara, a diferencia de sus hermanos amarrados en fundas alrededor de todo el delgado, más bien esquelético torso de su dueño.

– Khadija es una de nosotros, de hecho, la segunda, así que tiene más voz en este grupo que tú, Junkie.

Un tono profundo salió de la garganta del ancho y grande conductor, quién parecía centrado, más bien demasiado. Sus ojos intentaban mantenerse en la carretera, pese a que los faroles de neón hacían traicionero su vago sentido de la orientación. Recordaba ser juzgado en esas mismas calles por su color de piel, debido a su físico actual, nadie se atrevía a decir lo que pensaba en voz alta.

La nombrada por el conductor estaba en la parte de atrás de la camioneta, frente al miembro más flaco del grupo. Una chica en sus veintitrés, morena, con notables raíces musulmanas y un hiyab cortado en la parte que debería cubrir su cabello. Contradictoriamente, el hiyab cubría su boca y sus orejas, no sería reconocido cómo tal por sí mismo y menos por el resto del atuendo de la mujer, que recordaría más a un militar infame más que a un respetable miembro del islam.

– Pudieron irse mientras tenían la oportunidad, se los repetí antes de que Franciszek prendiera el motor – Los ojos de Khadija no podían parar de leer la carta que tenía entre sus manos, ni siquiera mientras hablaba con su voz agresiva e imponente.

El cuarto miembro del grupo, apoyado contra las puertas dobles de la van, estaba centrado en un puñado de monitores que desplegaban información de todo tipo para la operación, incluida la ubicación del muelle privado al que se dirigían.

– Hay dos en la entrada cercada, ebrios. Dentro del almacén izquierdo hay al menos trece, nadie en las vigas ni en el segundo piso – La voz increíblemente robótica para un humano hizo una pausa – Sin rastro de Regina o el VIP, sin sótano, al menos no visible o accesible. Con eso terminamos el escaneo de los tres almacenes.

Junkie, haciéndole honor a su apodo, estaba alistando un liquido gris extrañamente brillante en una jeringa de plástico barato.

– ¿No te cansas de ser el topo del grupo, Zuse? – Pese a estar amarrando una faja a su antebrazo, Junkie no tenía un ápice de duda o miedo en su voz.

El informático, haciendo a un lado el tercer monitor de su equipo y dejando ver su silueta alta y delgada, así cómo sus ojos vacíos y ojerosos, le dedicó un dedo de el medio a Junkie, quién ya estaba bajando el inyector de la jeringa.

– Zuse, hay rastros de “él”?

Las palabras de Franciszek fueron el primer clavo en el ataúd al ánimo del equipo. Los dos a los lados dedicaron una mirada temerosa al único más cerca a las puertas, esperando con todas sus fuerzas a que los rumores en los callejones de la ciudad fueran nada más eso.

La mirada de Zuse volvió a los monitores, eligió una cámara en específico dentro del almacén central, el más grande entre los tres del muelle y el mismo que el equipo iba a asaltar. Los ruidos de maquinaria, fuego y herramientas sonando sin pausa, al borde del sobrecalentamiento, causaron que Khadija y Junkie volvieran su mirada al suelo, maldiciendo en voz baja, mientras que Franciszek dejó salir un suspiro que tornó el ambiente aún más lúgubre.

– Gunman está en el almacén central, sótano…evádanlo a toda costa.

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