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Una Vez Más - Arco Piloto, Capitulo 5 - Fictograma
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Una Vez Más - Arco Piloto, Capitulo 5

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JMFK10

Publicado el 2025-09-07 15:30:28 | Vistas 122
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Capítulo 5

Una vez más


El bosque se mantiene en silencio, corre una brisa helada. Se huele la sangre seca por los alrededores, la frescura de las plantas y árboles ya no está presente, todo está bañado en rojo carmesí.

—¿Hmm?

¿Qué fue lo que—?... ¿Qué pasó?

—Aah… mi cabeza… —dijo mientras se intentaba poner de pie.

—Joder… mi brazo… ¿Cuánto tiempo llevo aquí?

Aiden se pone en pie con mucha dificultad, confundido, comienza a mirar sus alrededores.

Ellos siguen ahí, el parece evitarlos con la mirada, no sabe cuánto tiempo ha pasado, pero supone que mínimo estuvo inconsciente un par de horas.

Comienza a tantear su cuerpo, buscando heridas.

—Bien… a ver… aún tengo clavado esto… no puedo mover el brazo… la rama no pasó al otro lado… tengo que quitarla…

Las vendas no están, debieron caerse durante el combate.

Se arranca un trozo de tela de la ropa para usarlo como venda.

Toma una rama que estaba en el suelo, la pone en su boca y la muerde con fuerza, haciendo que cruja.

Si… bien…

Uno… dos… ¡Tres!

¡SHLK!

—¡Gghhhh!

La rama se desliza fuera como un hierro al rojo vivo.

Rápido… tengo que hacerlo rápido…

Sin perder el tiempo, Aiden envuelve su herida firmemente con la venda improvisada.

¡Mierda!... arde un montón…

—Huf… huf…

Ya… ya puedo mover un poco el brazo al menos…

La herida parece haberse cerrado un poco alrededor de la rama… si no me lo atiendo pronto, empeorará.

Toca su pecho y estómago, buscando más heridas

Tengo un par de costillas rotas, dos o tres… mi brazo derecho tiene un par de arañazos superficiales, nada urgente.

Da un paso adelante, y—

—¡KGHH!

¡Mi pierna!... siento como si tuviera algo incrustado… ah… es una ramita.

Rasga otro trozo de tela de su ropa.

A ver… esta es pequeña, no debería doler mucho—

¡SHLK!

—¡Ggh!

Eso… eso dolió… más de lo que creí.

La herida no es tan grande, aun así, la envuelve en la tela rasgada.

Bien… bien… no puedo pisar mucho con la pierna derecha, pero dejando eso de lado, no tengo nada más que arañazos por aquí y por allá…

Aiden se sienta un momento, apoyándose de su espada, intentando decidir qué hará a continuación.

A pesar de lo mucho que quiera evitarlos, ellos siguen ahí, están destrozados, partidos, solo un par se conservan enteros, es una escena horrible, que, sin embargo, solo evoca frustración en él.

No hay mucho tiempo que perder, a este paso, suerte tendrá si logra llegar al campamento antes de que oscurezca, por lo que se vuelve a poner de pie.

—Bien… creo que esto es lo menos que puedo hacer…

Aiden busca las pocas espadas que se mantienen enteras, y las ensarta en la tierra justo donde las encontró, una por una, con su empuñadura mirando hacia el cielo.

Luego de clavar la última, se detiene un momento, y con la cabeza encorvada mirando el suelo—

—Yo… lo siento…

Sin mucho más que de decir, toma su espada, y usándola como un bastón, se pone en marcha hacia el campamento, lento, pero seguro.




Y así, pasan varias horas, dentro del campamento las esperanzas ya estaban perdidas, solo un par de personas esperaban a la llegada del grupo, entre ellas, Erina, quien aún en el frío del atardecer, seguía esperando.

Vamos… ¿Dónde estás?... ¿Por qué tardas tanto en volver?—

—¿Señorita? —un joven interrumpe sus pensamientos.

—¡Ah!... Si, lo siento, ¿Qué ocurre?

—Me enviaron a decirle que la cena ya estaba lista, todos están reunidos en el comedor.

—Oh, entiendo… bueno, yo creo que iré en un par de minutos más, aún no tengo hambre…

—¿Está segura?, la comida se va a enfriar…

—Estoy segura, no te preocupes… gracias por avisarme de todas formas.

—Pues muy bien, con su permiso… —el joven da una pequeña reverencia y se retira.

Erina vuelve a voltear la mirada hacia el bosque.

Ay, Aiden, cuánto tiempo ha pasado… ¿Qué fue lo que les ocurrió?, se supone que solo serían un par de horas, pero el día está por acabarse, y tú sigues sin aparecer…

Sabía que debía acompañarlos, no sé de cuánta ayuda podría ser, pero eso es mejor a estar aquí esperando… aunque en este lugar tampoco quedó nadie para defenderlo… así que es un dilema. Vamos Aiden, solo un poco más, en donde sea que estés…


—Levántate una vez más… y vuelve aquí…







Los minutos pasan, la oscuridad nunca trae nada bueno.

Erina se niega a apartarse de la entrada, ya que tiene que haber alguien esperando, alguien quien los reciba, o sentirán que su esfuerzo fue en vano.

Pero…

A lo lejos, se comienza a dejar ver una silueta que se acerca lentamente.

—¿Qué es eso? —dice una mujer que acababa de llegar.

Erina fuerza un poco más la vista… solo para darse cuenta de que es—

—¡AIDEN!

Corre hacia él.

Mientras que Aiden, gracias a ese grito, voltea la mirada hacia arriba.

¿Qué…?, ¿Ya… llegué?

Oh… es Eri… ya llegué…

Ya estoy…


El cae de rodillas, apenas sosteniéndose gracias a su espada.

Erina llega con él, alcanzó a sostenerlo antes de que cayera.

—Ay Aiden… ¿Qué fue lo que te pasó? —dice mientras inspecciona su cuerpo —oh… no…

—Estas herido por todos lados… ¡H-hey… necesito ayuda por aquí!

La llamada de auxilio espabila al resto, quienes estaban asustados por no saber quién estaba llegando, y se apresuran a socorrer.

—Vamos, vamos, llevémoslo a qué lo atiendan… tiene heridas muy graves…

—Espera un momento… quiero preguntarle que fue lo que pasó —dice una de las mujeres que se encontraba cerca.

—Ahora no es el momento… no sé cómo fue capaz de llegar hasta aquí en este estado, pero si no lo atendemos podría morir.

—No, no… aún no veo al resto… ¡Tiene que decirnos donde están!, ¡¿Por qué es el único que llegó?!... ¡oye!, ¡Responde!

Erina se levanta con rabia y se pone entre ambos, bloqueando a la mujer.

—¡Ahora no es el momento!, deje que lo ayuden… ¡no es tiempo para sus estupideces.!

—¿E-estupideces?, ¿De qué rayos hablas mocosa?

—¡Dije!—

Los chicos que entrenaron con Erina llegan a la escena gracias al ruido de la escena.

—¡Ey!... Es Aiden… ¡Ayuden a cargarlo!... ¡Aquellos que no están ayudando, hagan espacio y no estorben!

Los jóvenes apartan a las personas que están haciendo bulto, y el resto carga a Aiden para llevarlo a su cabaña, Erina los sigue.

Tengo que quedarme despierto… aunque tengo mucho sueño…

Creo que… no pasa nada si duermo un poco… después de todo… ya llegué al campamento…

Lo siento Eri… quisiera mirarte un poco más… pero tengo mucho sueño… espero que te quedes a mi lado para no ver otra cosa al despertar…


El cuerpo de Aiden cede ante los brazos de la ayuda…

Y el mundo se desvanece en negro…







Que cansado estoy… siento como si estuviera bajo el agua… como si pesara una tonelada, y a la vez nada.

Se escuchan murmullos a lo lejos, voces apagadas.

Huele a humedad… y a hospital… no me gusta nada ese olor…

La boca me sabe un poco a metal… ¿Qué es lo que…?




LEVANTATE DE UNA VEZ.



Aiden abre los ojos de golpe.

Se encuentra con el techo de una cabaña, madera corroída por el paso de los años. El sol se filtra por las cortinas, y el aroma a clínica, medicamentos y vendas, se vuelve más presente.

Mira a su alrededor, solo para encontrarse a Erina recostada a un costado de la cama, durmiendo. Sea cuanto sea el tiempo que lleva inconsciente, parece que ella estuvo ahí a cada momento.

Para no despertarla, Aiden se intenta sentar en la cama con cuidado, pero—

—¡Khgg!

Un dolor punzante en su pecho y brazo lo hacen tambalearse un momento, suficientemente abrupto como para despertar a Erina, quien, con la impresión, se levanta rápidamente de la cama.

—¡Ah!, yo no… yo no estaba…

Aiden solo la mira, con un gesto de disculpa en el rostro por haberla despertado.

—¡A-aiden!... ¡Despertaste!

Sin mediar más palabras, salta a abrazarlo.

—¡Auhg!... ¡ay!, con cuidado… sigo dolorido.

—Oh… es verdad… lo siento, ya me aparto… Es solo que… llevas bastante tiempo sin despertar… comenzaba a asustarme.

—¿Qué?, ¿lo dices por esto? —mira sus heridas —Esto no es nada, duele un poco, pero sabes que esto no puede acabar conmigo…

—Ah, ¿sí?, entonces, ¿cómo es que te desmayaste apenas llegaste aquí?

—Ah… bueno, pues… es que…

—Si, si, ya sé, ya sé… ten, dejaron algo de comida, seguro tienes hambre.

—P-pero no tengo tanta ham—

Sin dejarlo protestar, Erina le acerca a la boca una cucharada de estofado.

—Toma, come y no protestes… pasaste varias horas allá fuera, sé que no desayunaste, y seguramente tampoco le pediste algo de comer a los demás durante el camino, ¿o me equivoco?

—N-no… —dice algo avergonzado.

—Lo sabía —le da otra cucharada de comida —seguramente por eso quedaste así de malherido… luchaste sin energías por quien sabe cuánto tiempo.

Aiden traga.

—N-no es por eso, es que— Erina lo interrumpe con otra cucharada más.

—Si, si, ya se lo rudo que eres, ahora solo concéntrate en masticar y tragar.

—P-pero puedo comer solo —intenta quitarle el plato de comida de las manos.

—¡No!, ¡no puedes!, mira como tienes tu brazo…

—Pero este de aquí aún sirve —levanta el brazo derecho con una pose de victoria.

Erina solo mira fijo a Aiden, junto a un corto silencio.

—Está bien —dice mientras inclina la cabeza, rendido.

—Así me gusta —le da otra cucharada más.

La comida prosigue en relativo silencio, mientras que el solo se deja cuidar.

Erina intercala el estofado con algo de pan, mostrándose algo satisfecha al ver lo cooperativo que Aiden está, aunque sigue habiendo algo de duda en sus movimientos, como si temiera lastimarlo.

—Oye, pero en serio, no estoy tan mal, me duele un poco el pecho y el brazo, pero más allá de eso, me siento bien.

—Estoy mucho mejor ahora que estás alimentándome, siento como mis energías se renuevan.

—En serio… no tienes que preocuparte tanto…

Erina, quien tenía la cuchara en camino hacia Aiden, comienza a temblar.

Baja la mirada, aparta el cubierto y el plato.

—Hey… estás… ¿bien?... ¿te molestó lo que dije?

Ella no responde, tiembla un poco antes de hacerlo.

Levanta la mirada, tiene los ojos vidriosos.

¿Qué?, ¿pero qué fue lo que le dije?, ¿por qué está así?

Erina junta sus manos, y con una gran bocanada de aire, responde.

—Aiden… casi te mueres…

Su voz tiembla… parece que cualquier cosa podría hacerla romper en llanto.

—Estabas… roto… te tenía en mis brazos… y no sabía que hacer… sentía como tu vida se estaba escapando de tu cuerpo…

—Sentí… miedo… ira… impotencia…

—Estabas envuelto en sangre, no sabía ni siquiera donde comenzaba la tuya… tenía miedo de preguntar qué era lo que había pasado… Hace una pequeña pausa para limpiar un par de lágrimas que se habían escapado de sus ojos.

Lo siento Erina… no sabía… siento no haberme dado cuenta…

—Y lo peor de todo… es que siento que pude haber hecho algo para evitarlo… quizás si te acompañaba… si daba alguna otra idea… pero al final, volviste en este estado, envuelto en sangre, arañazos y huesos rotos… y no pude ayudarte.

—Dices que estás bien… pero no me puedo imaginar el dolor que estás ocultando… ¡Eso no es normal!, ¡llegaste con un agujero en el brazo que casi llegaba al hueso!... ¡Costillas rotas y moretones por todo el cuerpo!... dijeron que casi te mueres desangrado… que no saben de donde sacaste la fuerza para volver hasta aquí…

—Así que no esperes que me crea que estás bien —respira con su nariz congestionada por el llanto —no estás bien… así que… por favor… solo déjame serte útil… aunque sea por un momento…

Erina solo baja la cabeza, intentado ocultar su pesar.

Aiden no dice nada… solo se acerca con cuidado y abraza a Erina acercándola a su pecho, con su mano acariciando su cabeza.

Eri… siento haber sido tan insensible… las heridas sanan con el tiempo… pero herir tus sentimientos… tu corazón… es algo que no sé si pueda arreglar… o si soy yo quien tiene derecho a hacerlo… no puedo permitírmelo.

—Eri… —susurra —están todos muertos… todos y cada uno de ellos… creo que es evidente… pero aun así… por favor… dios… solo espero que nadie llegue a ver sus cadáveres.

Erina abre bien los ojos, sorprendida por las últimas palabras de Aiden.

—No te mentía cuando dije que estas heridas no son nada… duelen, sí, pero no de la manera que imaginas…

—Estoy molesto, enojado, irritado… quisiera gritar… y este dolor… estas heridas, no hacen nada más que recordarme que no pude salvar a ninguno… que no puedo salvar a nadie… mi pecho arde en rabia…

—Pero… al menos pudiste acabar con la bestia… ¿o no? —pregunta Erina.

—Eso es lo peor de todo, y lo que me provoca todo esto… no pude matarlo… estaba allí mismo, solo faltaba darle el golpe de gracia… pero huyó… y no pude seguirlo.

—Mis piernas no respondían, mi brazo izquierdo tampoco, sentía como mi corazón quería escapar de mi pecho… y a pesar de todo… no sentía dolor… solo tenía que ponerme en pie y acabar con el…

—Ellos lucharon hasta el final… todos y cada uno, a pesar de que un simple golpe podía romperlos… ellos solo… solo dieron un paso tras otro, ignorando sus miedos y peleando con todo el corazón… por muy jóvenes que fueran, eran realmente guerreros… y no pude corresponder ese coraje…

Aiden abraza con un poco más de fuerza a Erina.

—Entonces… si estoy mal… pero no por estas heridas… solo necesito… algo de tiempo para descansar… y pensar.

—Yo… no sé cómo… —dice Erina, confundida con sus pensamientos. Ambos se separan del abrazo, y él se recuesta sobre la cama.

—No hace falta que intentes ayudarme… al menos ahora… solo con el hecho de que te preocupes por mí, me es más que suficiente para sentirme mejor.

—Pero… ¿de verdad te es suficiente?

—Claro, digo, después de todo… desde hace mucho tiempo que estoy solo, sin que nadie le importe nada de lo que haga o como me sienta… por lo que… que estés aquí, ya es un gran cambio.

Erina se muestra un poco avergonzada por ser tenida en tal estima, y triste a la vez por la última afirmación.

Joder, creo que dije demasiado… aunque ya no importa, Eri merece que al menos, no me guarde secretos.

—Está bien… creo que ambos tenemos nuestras propias preocupaciones… pero también creo que basta con que, aunque sea por un momento —Erina toma la mano de Aiden —ambos podamos entendernos…

—Se que no he vivido lo mismo que tu—

—No digas eso… tú has pasado por tanto como yo este par de meses que estamos viajando —dice Aiden, interrumpiendo a Erina.

—Lo sé, pero yo no lucho como tu… no he visto a la muerte a la cara tantas veces como tu… y ¿acaso eso no es prueba suficiente?

—¿Prueba?, ¿de qué?

—De todo el esfuerzo que pones… sientes que no puedes perdonarte por quienes no pudiste salvar… pero, ¿acaso te paraste a pensar en que si ellos te culpan por algo así?

—…

—Tal vez ellos no sigan aquí… pero yo sí, y sé por todo lo que has pasado, sé que no eres un cobarde… que a pesar de que te cuesta relacionarte con la gente, incluso con aquella que no te agrade… siempre intentas hacer lo mejor posible… siempre intentas ayudarlos a todos, aunque eso signifique dejar corazón a un lado.

—…


—Eres… lo más cercano a un héroe que conozca…

—No… eso no es cierto… los héroes dan el ejemplo, son la inspiración de otros, ayudan de forma desinteresada…son fuertes… lo suficiente como para no dejar morir a otros… yo no soy un héroe…

—Bueno… pues para mi… si lo eres.

Sus ojos se encuentran.

—¿Por qué?... ¿Cómo es que puedo ser el héroe de alguien teniendo tantos fracasos?

—Pues… todo lo que dijiste antes, lo has cumplido conmigo… siempre me enseñas, me guías… todo este viaje que hemos tenido… te has quedado a mi lado solo para ayudarme…

—Tienes una fuerza incomparable… y me has salvado desde el comienzo…
Ella… ¿realmente piensa eso de mí?

¿De verdad puedo ser el héroe de alguien?


—Para mí… eres mi héroe… y no puedo soportar que mi héroe sufra por esa clase de pensamientos —dice mientras esboza una tierna sonrisa.

Aiden abre los ojos, sorprendido por tal declaración.

—… yo…

El agua dentro del vaso que se encuentra junto a la cama de Aiden comienza a alterarse, al ritmo de unos temblores lejanos.
¿Qué…?, ¿Qué es—?

Oh, no…

¿Será acaso?


Los temblores comienzan a acercarse y a volverse más intensos.

No son temblores naturales, algo los provoca, algo enorme.

—¿Q-que es ese ruido? —pregunta Erina.

—No puede ser…

—¿Qué?, ¿Qué es?

Aiden se pone en pie rápidamente.

—¿Dónde está mi espada?

—A-allí, cerca de la cama de al lado.

Voltea a ver dónde se le indicó, y se acerca rápido a buscarla.

—Bien, aquí está.

—¿Qué es lo que pasa?

Aiden flexionó el brazo vendado. Dolía, pero respondía.

—Si, bien, no duele tanto, aún puedo moverlo. Toma una pequeña pausa antes de responderle a Erina.

—Es esa cosa… está a punto de—

Los temblores son acompañados de estruendos, y luego de gritos.

Ya está aquí.

—¡Mierda!, ¡no puede ser!

Aiden se apresura hacia fuera de la cabaña, respondiendo al caos, y Erina lo sigue de cerca.

No hace falta correr demasiado lejos, ya está aquí.

La bestia se puede ver con facilidad en la entrada del campamento, no ha arrebatado ninguna vida, pero está destruyendo lo que encuentra a su paso.

La rabia del monstruo se puede sentir en el ambiente, e influye en los demás. Las personas corren despavoridas buscando refugio, pasan por delante de Aiden y Erina como animales en un corral.

—¿Q-que?, ¿esa cosa es…?

—Si… esa monstruosidad es con lo que nos enfrentamos.

—¿De verdad?, ¿Cómo pudieron luchar con una cosa así?

Aiden aprieta el puño izquierdo, mientras sostiene con fuerza la espada con la mano derecha.

—Esto es mi culpa… yo provoqué esto… si tan solo lo hubiera terminado—

Erina se acerca y toma su brazo, buscando interrumpir sus palabras.

—¡No!, esto no es tu culpa, no podrías haber hecho más en tu estado.

—Eso ahora no importa, tenemos que irnos, no estás en condiciones de luchar.

Aiden sigue mirando hacia el frente, directo a la bestia.

—Erina… sabes que eso no es posible.

—P-pero… tenemos que hacer algo… si nos quedamos aquí…

—Lo se… y haré algo al respecto.

—¡No pensaras en…!

Él sigue mirando hacia el frente, la decisión ya fue tomada.

—Necesito que vayas con la multitud, y que los protejas.

—¡P-pero puedo ayudarte!

—Lo se… es por eso que solo puedo confiar en ti… no hay nadie más quien defienda a esas personas, ya no… es por eso que necesito que los acompañes.

—Ay, Aiden… ¿Cómo vas a luchar así?, anda, ven con nosotros y escondámonos…

—Erina… —dice con voz firme y decidida —dime, ¿confías en mí? Sabe que es lo que quiere decir con eso, pero teme que responder signifique enviarlo a su muerte… aún así, las dudas matan, eso por eso que—

—Si… confío en ti…

—Entonces ve con ellos… yo me encargaré de ese engendro.

—Pero—

—No te preocupes… hoy no moriré… terminaré lo que empecé, y volveré contigo.

Aiden toma su mano, y la mira junto a una sonrisa de confianza. Parece que aún con el caos en el ambiente, este momento les pertenece a ambos, nada más importa.

Ella observa con sus ojos bien abiertos como la marca de Aiden comienza a extenderse por su cuello, llegando hasta el mentón… su mirada, no solo evoca confianza, también ira, y… ¿expectación?

Solo puede significar una cosa, tal vez, aunque sea por un momento, Aiden está en control de sus emociones, y de su poder. Ella entiende que quedarse solo significaría estorbarle, por lo que decide confiar en él.

—Solo… vuelve a salvo… te estaré esperando…

Suelta su mano, y corre con decisión hacia donde está el resto de personas refugiadas, al otro extremo del campamento, Aiden confía en ella, debe corresponder a sus expectativas.

Ve como Erina se aleja corriendo, antes de posar su mirada una vez más sobre el gigante.


Bien… ya está a salvo, allí no le pasará nada…

Ahora sigues tu.

—¡HEY!, ¡ENGENDRO!, ¡POR AQUÍ! —grita mientras alza su espada mirando al cielo, intentando ser más visible.

La bestia capta de inmediato la voz, y detiene lo que estaba haciendo. Mira directo a Aiden, aún con su rostro inundado en rabia, parece dudar por un momento si acercarse.

El aún tiene ensartadas en el cuerpo algunas de las armas que usaron contra él, y la herida que le provocó Aiden, parece haber dejado de sangrar, no ha cerrado del todo, recuperó algunos dedos, sin embargo, no todos.

Ambos solo se observan con atención por un momento, esperando a la mínima provocación para avanzar.

Gracias bastardo, me ahorraste la molestia de ir a buscarte, ¡maldito!…

No, no… no… relájate…

Piensa en otra cosa…

Eri… lo que dijiste… ¿es verdad?

Así que soy tu héroe… nunca esperé que alguien me dijera algo así, no sé cómo sentirme al respecto… pero si hay algo seguro en todo esto.

Ya no soy la misma persona que antes…

Esta vez, ya no lucho solo por mí mismo…

Lucho por aquellos que no pueden defenderse…

Por aquellos que ya no están…

Y por aquello que más me importa…

Aiden sujeta su espada con ambas manos y la ubica frente a su rostro. Con sus ojos cerrados, apoya su frente en el centro de la hoja.


Gracias… por darme otra oportunidad para enmendar mi error…

No la desperdiciaré…

Volver al inicio, a la lucha, a la sangre.

Para proteger a otros, para proteger a quien amas.

Para vencer, tienes que intentarlo…

UNA VEZ MÁS.

Aiden es el primero en abalanzarse hacia el monstruo, y este, respondiendo a tal agresividad, se acerca corriendo, arrasando con todo lo que se le cruce.

La distancia se rompe. Ambos descargan, al mismo tiempo, con un ataque decidido a terminarlo todo.





No debes dejar que el miedo merme el filo de tu espada, ni que tampoco desvíe el camino que recorres.

El mundo se ha vuelto frio y hostil, aferrarse a quienes hacen relucir tu potencial, es la idea que todos siguen.

Ese potencial, esa capacidad de crecer, la naturaleza obstinada de la humanidad, es algo que nadie podrá replicar, ni siquiera quien creó a las abominaciones que ahora asolan la tierra.

No dejaremos que nos intimiden, ni que se queden lo que es nuestro.

No es una batalla de orgullos, nunca lo fue.

Recuperaré lo que nos quitaron, y defenderé con mi vida a lo que más quiero.

Aunque tenga que luchar contra aquello que no puedo comprender.

Aunque deba luchar contra monstruos más fuertes que yo.

Aunque deba luchar contra los mismos dioses.

Acabaré con todos, si eso es lo que debo hacer.




Si tú me lo pides.


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JMFK10 2025-09-07 22:20:02

Acertaste en varias cosas, pero igualmente estoy en contra de lo que son los "power up" y el cliché ese de controlar al monstruo, ya que no quiero irme por ese lado. En el epilogo que quiero escribir, abordaré mas sobre la naturaleza de su fuerza y la de las bestias, la cual no está por estar, ni tampoco tiene un switch mágico, o en este caso "un chochito" como dices jajaja. Pero como un pequeño adelanto, Aiden no es el único con una fuerza anormal, y esos poderes están relacionados intrínsecamente, en el caso de este, con sus emociones. Un poder que crece en comunidad, legado a alguien más bien solitario, aunque pudiera parecer que la chica es quien lo "controla", realmente no es así, y es mas bien la clase de percepción que tiene sobre si mismo lo que dicta esa fuerza. Con lo próximo que escribiré, pondré en practica algunos de los consejos que me dieron estos días. Gracias :)

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heguendm 2025-09-07 21:45:54

Si, se nota la dependencia emocional del personaje masculino, al parecer la chica es su "ancla" que lo mantiene "humano", imagino le quieres dar al protagonista una habilidad sobre humana que no esta exenta de sacrificio y complicaciones. Así haces del personaje femenino una especie de salvador necesario para controlar al "monstruo", ese tipo de cosas gustan en general (a mi no, soy un rancio y no puedo escribir eso ni que me maten). Si le das al personaje principal en un futuro un "power up" que lo hace mas agresivo e inestable, pero que gracias a la chica "se calma" y lo "mantiene bajo control" cumplirás la fantasía cliché de las mujeres de ser "el chocho mágico" (perdona mi francés) que controla a la bestia (es la esencia de 50 sombras de gray o la bella y la bestia, twilight, y cualquier otra obra en la que el protagonista es "peligroso o potencialmente peligroso". En cuanto a tu edad... te llevo 20 años, podrías ser mi hijo. Ha ha ha. Nada tu historia esta bien (aunque te recuerdo que esta temática no es lo mío) solo tienes que seguir escribiendo y darle mas desarrollo, pulirlo un poco, como arco de inicio tiene cierto gancho (al menos es mejor que los primeros ocho capítulos de mi fantasía, que tiene cero gancho, su grado de atractivo esta entre una hemorroides y una amigdalectomía). Sigue adelante y mucha suerte.

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JMFK10 2025-09-07 21:04:27

Si, mi intención es que haya un romance, aunque no esté solo por estar, y al menos aquí, en esta parte de la historia, aunque puedan parecer pareja, no lo son. Más que en el romance como tal, quiero centrarme en otros aspectos psicológicos de los personajes, siendo uno de ellos, la dependencia emocional (como quizás se pueda intuir con el ultimo fragmento), culpa, episodios depresivos, etc. Si bien quiero desarrollar un romance entre ellos, no es el tema principal, y si, para mostrarlo, aún me falta escribir mucho como bien dices. Y lo otro, pues tengo 23, aún sigo joven, pero no "tanto".

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heguendm 2025-09-07 18:31:04

Bueno, tienes un tema romántico en el asunto, eso esta de moda, yo soy alérgico a esas cosas, así que me tira un poco para atrás. Es una historia incompleta, un previo de lo que podría ser, pero es muy básico (no te ofendas, hay que empezar por la base), para mostrar tu musculo literario con esta historia tendrías que irte a muchas líneas y palabras mas. Buena suerte y animo. Apropósito, como menciono otra persona en un comentario, creo fue Yami, da la sensación de que eres bastante joven, ¿correcto?

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JMFK10 2025-09-07 16:03:07

Este es el capitulo final de mi arco piloto, sin embargo, escribiré un capitulo extra, un Epílogo, para cerrar algunas cosas y expandir el lore del mundo, sobre el cual solo di indicios durante todos los capítulos. Agradezco cualquier opinión o critica, así también destacar si algo en concreto gustó :)