Crónicas de Oouka y Kaireel

Tal y como lo predije, han pasado días y noches desde que llegué, pero el amo no me toma en cuenta, vive sus días cosechando y sembrando de sol a sol en este diminuto pueblo del que no parezca que baya a salir, aunque también lo veo viajar al puerto espacial cercano en su tractor levitante (cosa que parece ser lo más costoso que hay en el pueblo) convivir con los locales, reír, comer y disfrutar una mucho más apacible vida de lo que yo estaba acostumbrado. Temo que es el fin de mi servicio e historia, carezco de propósito y pienso desconectarme esta misma noche, al final de cuentas dudo que note siquiera que lo haga... o eso hubiera hecho, de no ser porque a mi memoria llegó el otro mensaje que mi viejo amo le había dejado al amo, así que en una noche sentado a las afueras de su cabaña en una raramente ocasión de cielo despejado y estrellado, justo la que había decidido sería mi ultima noche, le dije: "Por cierto amo, su padre expresa sus más sentidas condolencias por el fallecimiento de su madre" dichas palabras le llegaron a impactar y volteando hacía mi solamente susurro "Así que aún la recordaba". Estaba por retirarme al fin cuando me detuvo, y me preguntó sobre su padre, como era, que hacía, y como lo recordaba, y yo por mi parte le conté todo cuanto sabía, y que su padre jamás los olvidó, desencadenando en una muy grata conversación entre ambos, el tiempo pasó y pasó hasta que en medio de la conversación finalmente decidió presentarse con migo "Soy Joelkäter aunque me llaman solamente Joel" dijo por fin, después de un tiempo tenía un nombre para registrar en mi base de datos, y me extendió su mano, a lo que extendí una de mis ocho patas y estrechamos la mano como si fuéramos iguales. Tan extrañamente especial momento se vio interrumpido al ver en el cielo entrar a la atmosfera de Oouka un gigantesco crucero de guerra acompañado de sus escoltas, la luz que emitía era segadora, pero eso me permitió ver el rostro de mi amo Joel con más claridad, era joven, era calvo y su mirada estaba llena de vida y energía, era como ver a su padre de nuevo. La luz pasó, y viendo a las estrellas el joven muchacho me contó sobre la leyenda de Kaireel, un planeta blanco, lleno de luz pura y poder, un planeta que apareció de la nada en el universo, y se cuenta entre los viajeros del espacio que quien llegue a ese planeta se convertirá en un hombre rico y poderoso, aunque yo no entendía porque me contaba eso, lo supe después al ver su rostro nuevamente, y con una sonrisa dijo: "a veces incluso a mi me gustaría salir a las estrellas, y llegar hasta Kaireel". En el momento que dijo eso, sus ojos se iluminaron de manera única, y emanaron algo que solo lo puedo describir como aquello que los humanos llaman esperanza. Realmente la idea de mi desactivación se fue de mi pensar en ese momento, me dio la esperanza de comprender a este extraño muchacho al que ahora llamaría amo. Y me alegro con más razón el no haberme desactivado esa noche, ya que no habría sido capaz de presenciar y redactar todo lo que acontecería desde ese momento. Y así en una tranquila aldea de la que creí que no saldría jamás sincronice mi narración al joven amo Joelkäter de Oouka. Realmente no tenía ni la menor idea de lo que el destino nos había preparado.