Crónicas de Oouka y Kaireel Capitulo 2

Día 124 desde la llegada a Oouka. Ha pasado ya un tiempo desde que mi base de datos se sincronizó con la vida del amo Joel, y pese a que la vida del actual amo no es el frenesí de la guerra en la que estuve con mi antiguo dueño, creo que este estilo de vida más pacifico no es del todo malo, aunque la rutina es tan rutinaria, valga la redundancia, que pareciera que documento siempre el mismo día; por su parte el amo Joel, no ha cambiado mucho que digamos su forma de ser, pero el que no haya cambiado mucho quiere decir que ha cambiado un poco, se toma la molestia de repararme cada que mis patas u otros mecanismos que se dañan por las constantes, o mas bien dicho incesantes lluvias de este terriblemente húmedo planeta. Pero no estamos aquí para hablar de mi, si no de Joel, no sería un androide bitácora si no me dedicara a documentar la vida de a quien sirvo. La vida de el amo Joel es simple, hoy, al igual que todos los días se levantó a las seis de la mañana, me desconectó de mi puerto de carga y comenzó a prepararse para salir, su cabaña es tan terriblemente pequeña al punto que solo cabe su vieja cama, mi pequeño puerto de carga y un armario diminuto. Al no tener cocina ni comedor, él y básicamente todo el pueblo van a comer a la pequeña taberna que sirve como comedor también, y al igual que todos los días Joel fue a comer allí, y al igual que siempre charla con la encargada del local, una jovencita encantadora de pelo castaño y las mejillas llenas de pecas llamada Keila con la que, según rumores Joel debe casarse en un par de meses, sin embargo por lo que sé ninguno de los dos realmente sienten algo por el otro, más allá de una amistad, pero al ser de la misma edad, y a falta de jóvenes en la aldea, y los ancianos parecen haberlo arreglado todo ya. Por lo general Joel habla con ella sobre siembras y cosechas o de sobre como se le averió el tractor levitante al chocar con alguna roca por ahí, sin embargo, la conversación de hoy si que fue diferente, ya que al entrar Joel en la taberna, todos los ancianos miraban fijamente a la pantalla del local en la cual pasaban noticias sobre el crucero de guerra que llegó a Oouka el mismo día que yo, y aterrizó no muy lejos de la aldea. - ¿Te has enterado? - preguntó la joven Keila a Joel - ¿Sobre lo de el crucero de batalla? Si que hay con ello - dijo Joel relajado -Es un crucero del sindicato Marak' jü- dijo ella aún mas alterada - Si, después de todo es el sindicato que gobierna este sistema solar junto con los otros sesenta vecinos - dijo Joel siguiendo sin darle importancia - Pero en las noticias dicen que están reclutando jóvenes para la guerra que se libra contra el sindicato rival en el otro lado de la galaxia - dijo la chica tratando de hacer que Joel comprendiera su preocupación - Tranquila, esta aldea tiene cuarenta y ocho cabañas habitadas y no más de sesenta y seis habitantes, lo más probable es que ni se lleguen a enterar de nosotros, y si lo hacen, lo único que encontrarían sería un montón de ancianos desahuciados, no podrían llevarse a nadie - dijo Joel en tono de burla. - Además de a ti - gritó un anciano al fondo de la taberna haciendo que Joel finalmente cayera en cuenta que era el único joven adulto del lugar. - Bueno, tendrían que encontrarnos en todo el planeta primero - dijo Joel tratando de tranquilizar el ambiente. - Yo te aconsejaría que no salieras mucho de casa en estos días - dijo una anciana del pueblo con notable preocupación, - ¿Y perder valiosos días de trabajo por soldados que ni siquiera se fijarían en nosotros? no y menos en días de cosecha - dijo Joel antes de darse la vuelta. Después de dicha escena, un tanto confusa, Joel se dispuso a continuar su rutina, y no se si noto mi desconcierto o mi emoción al finalmente experimentar algo fuera de la rutina, que solo me miró desde arriba y como si tratara de aclarar algo me dijo: - Solo les asusta que me lleven al ejercito tal y como mi padre, aunque él se fue por su cuenta. - El día continuó, y Joel fue al campo de siembra, era tiempo de cosecha, y más que nunca se necesitaba la fuerza de un joven saludable para dicha, en especial a la hora de cosechar Ofleinas, ya que dichas plantas son de dura raíz, ya que al no recibir casi nada de luz solar deben sacar todos sus nutrientes del altamente fértil suelo. Aunque como robot soy incapaz de sentir tal cosa como el aburrimiento, esta parte del día es la que se me hace más larga, aunque cabe mencionar, que es la parte del día que Joel más disfruta, ya que al trabajar se le ve sonriente y bastante activo, a diferencia de cuando esta en la aldea, que aunque no está mal humorado, no es alguien precisamente sociable o que parezca disfrutar de la compañía de otros, y se le nota cabizbajo y desanimado, pero aquí hasta lo he escuchado reír un par de veces, lo cual es inusual. (dado que a muy poca gente se le ve feliz al trabajar) El día de Joel continua hasta que es hora del almuerzo en el campo. Joel se sienta en un tronco y yo me coloco a su lado, tratando de documentar a detalle lo que haga, cosa que debió ponerlo incomodo, y al no poder librarse solo preguntó: - ¿Quieres preguntar algo? Ya sabes para tus registros y eso - así que aprovechando la ocasión le hice una importante pregunta. - ¿ Por que eres calvo ? - no recuerdo que tu padre sufriera alopecia Joel solamente río preguntando que clase de pregunta era esa. - Yo mismo me rapo, es muy molesto el cabello a la hora de trabajar dijo aún entre risas. - Pero no me vas a preguntar solo eso ¿o si?- continuó Así que, sin una razón que yo pueda explicar el porque lo hice, pregunté: - cuando murió su madre amo Joel - Joel paró de reír, y adoptando una actitud más seria dijo: - Hace cinco años, enfermó de fiebre por culpa de unos hongos tóxicos que crecieron el su cabaña, no recibió atención medica rápido, y falleció - mientras decía esto, sus ojos no se apartaban de la grieta que dividía la montaña al fondo del capo de siembra. - Lo siento amo no quise indagar demasiado - dije a modo de disculpa. - No te preocupes, parte de la vida es aceptar que la misma es difícil y no dejarnos vencer por ello, aunque duela - dijo con voz serena. - Ultima pregunta - dijo ya más tranquilo - ¿Por que siempre ves hacia la grieta que divide la montaña? - pregunté a la vez que el timbre que anunciaba el fin del almuerzo sonaba. - Tendrías que ver por ti mismo lo que hay ahí para que pudiera decírtelo, tal vez te lleve un día - dijo mientras se levantaba para volver a trabajar. Esa breve interacción fue algo muy preciado para mi recopilación de datos, principal mente porque realmente quería conocer al joven Joelkäter, y en estos días totalmente iguales y rutinarios llegué a creer que no había nada más para conocer de él y su vida, era un muchacho joven y poco sociable que aunque interactuaba mucho con los aldeanos los veía como una especie de simplemente viejos conocidos, comprometido con una amiga que realmente no ama, pero que tampoco le da importancia, y cuya única preocupación en la vida es trabajar hasta probablemente morir, una persona sin apegos ni preocupaciones mayores, y calvo. Sin embargo me he dado cuenta de que tal vez sea una persona más interesante de lo que creía, y principalmente, ahora siento una incesante necesidad por hachear un vistazo a través de la gruta entre la la montaña, pero hay que esperar para eso, después de todo nos queda una larga y rutinaria vida en el húmedo planeta de Oouka. Así el día como siempre hasta ahora, llega a su fin, con los trabajadores de vuelta a sus casas, algunos a pie, y los más mayores a bordo del tractor levitante junto con Joel, ya que es el que mejor entiende como manejarlo. (tal parece que es demasiada tecnología para los ancianos) Sin embargo, al llegar a la aldea esta se nota un tanto extraña y silenciosa, además de que a las afueras de la misma, una gran nave negra del sindicato Marak' jü se encuentra posada sobre la hierba, al ingresar en la aldea, lo primero que vemos es una tropa de soldados del sindicato, con sus uniformes y mascaras negras portando rifles de batalla. Joel se baja del tractor para averiguar que sucede, pese a que unos ancianos tratan de detenerlo, y va hasta la taberna, pero antes de que pueda entrar, un hombre gordo y uniformado sale de la misma, con una botella de licor en su mano. - Así que este es el Muchacho más joven y fuerte de la aldea del que tanto me hablaron, justo el tipo de hombres que estamos buscando en nuestras tropas - dijo con un tono medio ebrio. Detrás de el uniformado hombre salió Keila, y al ver a Joel, su expresión indicó claramente que lo que menos quería era que Joel se hubiera aparecido. - Soy el coronel Jamespood, reclutando nuevos hombres para el ejercito del sindicato Marak' jü, un placer hijo - dijo el hombre mientras extendía su rechoncha mano hacia Joel.