fictograma

Un cosmos de palabras y ficción

239.123 Vistas
Santis Agónicus - Fictograma
fantasia

Santis Agónicus

Avatar de J-H_Vivanco61

J-H_Vivanco61

Publicado el 2025-07-31 00:22:05 | Vistas 127
Comparte en redes sociales
San José, El Leproso

La plaga y la enfermedad han azotado de costa a costa al Imperio Unificado de Agón. Algunas veces los males los traen los infortunados exploradores extranjeros que se adentran a tierras imperiales, o son producidas por los remansos de las invasiones demoníacas antes de la unificación.

Entonces, grupos de apoyo como Las Tres Cruces de la Salvación, al mando de los santos más especializados en las artes médicas, son desplegados en las trincheras fronterizas con las naciones españolas, o enviadas a dominios aliados como Valaquia y Bohemia.

Sin embargo, muchas otras figuras han permanecido en secreto, pero no ignoradas por la Orden Santa.

Así, en 1100 D.C., la leyenda de José Hikov, de origen v'tislaviano, nació por la necesidad de salvación. Un año atrás, la Cruzada Datiria en el Levante, organizada en secreto por las provincias de Agón antes de unificarse, no solo trajo victoria, sino peste: Azul Purulenta, Suspiro Rojo, y muchas otras enfermedades grotescas exparsidas por las diferentes legiones demoníacas al favor de los Vástagos de Ny.

Pero una en especial azotó Agón incluso después de terminada la guerra: la Lepra Datiria. Una enfermedad horrenda que lentamente te pudría la piel, mientras tus órganos se vaporizaban hasta dejar una carcasa maloliente.

Los ejércitos la dispersaron sin saberlo, y, en el 1100, ya se había vuelto un problema grave. Desde los Sultanatos del norte, hasta las provincias libres, Agón sufrió hambruna y pestilencia, mientras los santos intentaban derrocar la enfermedad.

Los afectados, sin embargo, empezaron a rendirse. Miles de muertos se quemaban día con día, y los oradores ya no pronunciaban sus cantos jondos con la misma fuerza.

Excepto uno.

José Hikov, de 36 años, y participante de la Cruzada, ya había investigado a la plaga con ayuda de la iglesia y otros grupos menores. Figuras tan importantes como los Nuevos Dioses apoyaron en su investigación, que finalmente traería un descubrimiento horrible: la plaga era el último resquicio de los Vástagos de Ny, un última arma para subyugar a sus vencedores.

No existía cura, pues era una maldición primordial de Ny, el Dios Torturador, y el padre del Dios Agonizante.

Pero, los Nuevos Dioses tuvieron un plan. Allá en la cueva de Fausto, el artesano, dónde nadie no autorizado puede entrar, José Hikov fue citado para darle la solución.

Él, dado que era la persona que más sabía de la plaga, debía sufrirla en carne propia, mientras ellos intentaban exorcizar la maldición, dejando solo los daños ya causados. Al principio, se negó, pero entendió que solamente así las personas encontrarían la salvación.

Aceptó de buena manera, pero sin esperanza de salir con vida, y procedieron a desnudarlo y cubrirlo con los restos putrefactos de los infectados, mientras le rezaban en silencio al Padre por ayuda.

La maldición avanzó rápido: su piel empezó a caerse hasta terminar expuesto el esqueleto y los músculos atrofiados, mientras de sus ojos el vapor negro de sus órganos devastados se elevaba como incienso de iglesia.

José explicaba sus síntomas, sensaciones y visiones, mientras los Nuevos Dioses ajustaban sus plegarias para ayudarlo de mejor forma. Solo el Padre Agonizante podría salvarlo en última instancia.

El proceso duró el tiempo suficiente para que José muriera, pero, al final, la maldición fue vencida. La Lepra Datiria fue curada y exterminada, y así empezó el éxodo de los Nuevos Dioses, buscando la curación de todas las personas en Agón.

Sin embargo, el cuerpo de José terminó en un estado deplorable, pero su sacrificio había salvado a millones de creyentes, que lo elevaron a figura de Santo. La Orden Santa fijó sus ojos en su acción, y en 1103, José fue canonizado como San José, El Leproso.

Desde entonces, su efigie se coloca en los hospitales de campaña y los sanatorios locales de todos los reinos en Agón, y cada 23 de julio, sus restos aún putrefactos recorren todo el Imperio, salvando a miles durante su recorrido.


3.7 (3)
PDF Enlace adjunto fantasia

Más de este autor

Ilustración de Saint Peters-Parte 1: (El Ausente)

Saint Peters-Parte 1: (El Ausente)

Consejo de Límites No Cartografiados (CLNC)2/5/1955-15:00Registro N°1.Nombre: "Dasabwesende"Durante la primera visita al Orfanato Saint Peters, el 18 de octubre de...

Ilustración de Santis Agónicus

Santis Agónicus

San Argos de Rodas / Parte 1Los santos nacidos fuera de los dominios de Agón son más débiles y corruptos...

Ilustración de Santis Agónicus

Santis Agónicus

San LupusDe nombre desconocido, pero de apellido reconocido, Valtierra, San Lupus, antes de ser canonizado tras su aparente victoria en...

Ilustración de Santis Agónicus

Santis Agónicus

San Satanael / Parte 1Ingratia era la provincia más indiferente hacia la fé católica agónica, allá en el año de...

Ver todas las obras
Avatar de Valentino-Prádena
Valentino-Prádena 2025-07-31 09:56:49

Nunca creí que iba a leer algo parecido. En verdad que el horror místico-religioso atrapa. Saludos.

Avatar de edessa
edessa 2025-07-31 03:31:00

Genial !