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Santis Agónicus - Fictograma
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Santis Agónicus

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J-H_Vivanco61

Publicado el 2025-08-03 16:30:47 | Vistas 139
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San Satanael / Parte 2

Cuando el alba rocío con sus colores los campos de una Eltría apenas despertando, una comitiva especial, liderada por Eltoro, salió de la capital del reino.

Alrededor de 100 soldados, entre tropas estándar y soldados del Voluntariado de Hierro, escoltaban a Satanael, que, a diferencia de otros prisioneros, gozaba de ciertas comodidades. Sin grilletes, ni armas, ni insultos. Desde el inicio había dejado en claro que no quería escapar, pero aún resultaba de cuidado su aparente benevolencia.

Durante todo el trayecto, que recorrió enteramente levitando en el aire, Eltoro conversó ampliamente con sus concejales. El barón Ludoc Strevitz, conocido gobernante de Fenios, sugirió asesinarlo en el camino, y dejar que los lobos devoraran su cadáver. Otros, como el comandante Anarit Doros, aceptaban la idea de llevarlo a Sombría, aunque no gustaban de la idea de mantenerlo tan cómodo.

Le tenían miedo, y fascinación. Normal en la naturaleza del hombre, pero peligrosa si es que les ganaba el miedo.

Eltoro por su parte, estaba persiguiendo recuerdos. Antaño, cuando El Clavado se le había presentado en sueños para iniciar su cruzada solitaria, había profetizado un verdugo personal: un ser, ni bueno ni malo, que terminaría con su vida, si su penitencia era infructuosa.

Tardaron en llegar hasta Sombría, la sede de la Orden Santa, aunque el viaje había sido tranquilo y sin complicaciones. Al atravesar las murallas de la ciudad, resguardadas por una estatua de Reunión, una multitud los rodeó, extrañados por Satanael.

Durante todo el trayecto, había permanecido tranquilo y silencioso, pero en cuanto estuvo al frente de la gente, habló como si un orador se tratase. Habló de la palabra del Padre Agonizante, de las enseñanzas de sus hijos, del sacrificio de los héroes de antaño.

La gente se maravilló de sus palabras, y la voz corrió hasta los oídos de los santos de la Orden Santa. Entre ellos, estaba San Serafín, que pidió una audiencia inmediata con los visitantes.

Los salones los esperaban, y allí, sobre el atril de madera vieja, la voz solemne de San Serafín, santo no de renombre, sino de fundación y prácticamente el que dió origen a la Orden, los recibió cálidamente.

Al principio, hablaron de los orígenes de Satanael. Mencionaron cavernas rojas, pero frías, allá más profundo de lo que se encuentra Nugrimsevk. Hablaron de ciudades carmesíes, con torres retorcidas y cúpulas de plomo. De deidades ajenas al Dios Agonizante, pero subyugadas a Él.

Sin embargo, Satanael mantenía su deseo de volver a su hogar, y la única forma de hacerlo, según sus palabras, era regresar con la sangre de Eltoro, asegurando el cumplimiento de su misión. Eltoro no gustaba de la idea, pues Satanael representaba lo raro y grotesco de la tierra que el Padre le otorgó a los hijos de Abraham.

Pero Eltoro era inteligente, y prometió regalar a Satanael no su sangre, sino su dedo meñique, a cambio de exterminar al Renacimiento Profético. Satanael aceptó, y San Serafín selló su trato, entregando a ambos la mitad de un mismo rosario, que se unirían una vez que la tarea estuviera terminada.

Regresaron a su hogar esa misma noche. Satanael portaba una hermosa armadura gris, de un metal extraño y difuso, y su rostro estaba al descubierto, con una mirada serena y penetrante.

Al llegar a Eltría, y entrar en su capital, encontraron una devastación sin precedentes: Renacimiento Profético y otros cultos menores habían asediado la ciudad a su partida, tomando el trono del reino.

La lucha que siguió es recordada como la más horrenda que la ciudad ha visto. El ejército de Eltría, sumado al Voluntariado de Hierro y a la Orden de los Expósitos, empezó a pelear por la dominación. Soldados eltríanos decapitaban y desmembraban a los cultistas, manchando los blasones del reino con la sangre heretica de sus enemigos. Eltoro aún herido, dirigió la reconquista con valor, haciendo de su figura aún más aterradora.

El caso de Satanael era diferente: peleaba como un demonio, resistía como un gigante, y aterrorizaba como un renacido. Quemaba a sus enemigos, haciéndolos estallar desde adentro, calcinando su piel y sus músculos.

Los cultistas eran muy fuertes, y los refuerzos tardarían en llegar. Satanael lo sabía, y, sacrificando una parte de su inmenso poder, se arrancó su segundo corazón, y lo entregó a sus dioses, y pidió un solo favor: la sangre de sus enemigos en su espada.

La petición fue respondida, y los cultistas empezaron a caer cada vez más rápido a sus pies. Una montaña de cadáveres se levantó, y los estandartes de Renacimiento Profético se incendiaron junto al atardecer. Ese mismo día, y a la vieja usansa de los pueblos originarios de Ingratia, los líderes del culto terminaron con la cabeza en el estómago, asomándose en las murallas de la ciudad, como advertencia a cualquier otro atacante.

Pero, Satanael estaba débil. Tanto tiempo utilizando su poder para eliminar a los cultistas había drenado su fuerza vital. Sin embargo, los soldados que habían peleado a su lado, y los habitantes de la ciudad lo veían como un héroe; alguien digno de ser condecorado.

Eltoro cumplió su promesa, y dió por terminado el trato, entregando su dedo y su mitad del rosario a Satanael, mientras la gente lo glorificaba y cantaba en su honor.

La Orden Santa vió en su casi muerte un sacrificio digno de ser recordado: alguien que, por conveniencia pero son honor, se sacrifica para salvar a las personas. Por orden de San Serafín, la Orden Santa lo canonizó, y construyó la única estatua de San Satanael, vigilando la entrada a los dominios del Reino de Eltría.


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Avatar de Sh1m1
Sh1m1 2025-08-04 15:34:01

Muy bueno genio! Me encantó el aura de misterio y terror que conseguiste crear sobre el personaje de San Satanael, sobre todo al principio del texto. Me gustaría una historia parecida, pero con otro desenlace, que en vez de redimir a los personajes, acentúe la crueldad y la oscuridad de estos.

Avatar de yamifernan
yamifernan 2025-08-03 18:56:51

Muy buena historia. Creo que tu hagiografía del horror se hará canon.