El soldado español que hizo posible la independencia de Estados Unidos

Hoy ha caído a mis manos un artículo muy interesante del que ya nadie suele acordarse: Qué los Estados Unidos de América le debe su independencia a un soldado español. Sí, así como lo lee, el imperio norteamericano es producto de la osadía de un hombre extraordinario e igualmente talentoso.

Me explicaré:

Para empezar, nos ubicaremos en aquella época de los mediados y finales de los 1700's. Los incipientes estados norteamericanos, que quieren brotar de ombligo de las Trece Colonias, desean liberarse del yugo inglés, pero el trono anglosajón ha dispuesto lo contrario, y no tarda en enviar gruesas tropas a combatirlas, también auxiliadas por los leales norteamericanos a la corona, principalmente en el norte.

Por supuesto, la logística debía de hacerse por mar, y es aquí donde entra nuestro gran hombre, el español oriundo de Cataluña, don José Manuel de Ezpeleta, quien en ese entonces era gobernador militar del Caribe y América.

Hombre de larga vista, conocía al dedillo todo acerca de las Trece Colonias y a sus gobernadores británicos, pues las había combatido por años en Luisiana, Nueva Granada y, sobre todo, en la Florida Occidental.

Con un mapa en la mano, se puede colegir que estas regiones tenían un valor estratégico enorme, principalmente porque son accesos marítimos que dan acceso terrestre al continente.

Y, don José Manuel de Ezpeleta, se había alzado con la recuperación de Florida Occidental, lo que le dio el poder para poder controlar el tráfico marítimo del Golfo de México, ahora mal llamado "Golfo de América".

Fue tan grande la defensa de Ezpeleta en esta parte tropical de la corona española, que los británicos se vieron obligados a dividir sus esfuerzos y luchar en varios frentes al mismo tiempo, cuestión que hizo que sus aliados en el norte sucumbieran por falta de material y accesorios militares, ya que éstos les llegaban tarde o, en el más común de los casos, no les llegase nunca. De esta manera, bloqueó las rutas de suministros del ejército inglés, causando, como es evidente, no solo grandes perjuicios a la moral de los combatientes, sino la guerra misma.

Y aunque los laureles se los lleven Washington y sus héroes, los que saben, sabemos que sin el esfuerzo de José de Ezpeleta, no existiría, como los conocemos hoy, los Estados Unidos de América.