fictograma

Un cosmos de palabras y ficción

239.111 Vistas
TU MAMÁ YA NO ESTÁ ENTRE NOSOTROS - Fictograma
cuento

TU MAMÁ YA NO ESTÁ ENTRE NOSOTROS

Avatar de Zarcancel

Zarcancel

Publicado el 2025-08-31 00:56:02 | Vistas 338
68b39da278ed1_tu_mamá_ya_no_está_entre_nosotros.png
Comparte en redes sociales

La niña no comprendía nada. Cuatro tiernos años recién cumplidos son más duros para la realidad de su familia que para ella misma, que con inocencia miraba al mundo.

Giulietta había pasado la tarde en un sitio extraño, rodeada de gente extraña. Llevaba tres días en casa de sus abuelos. Su abuela estaba llorando, y cuando la preguntó qué le dolía, la yaya respondió “me duele el corazón, hija mía”. Esa misma tarde la pusieron un vestidito blanco y negro, con zapatitos brillantes, y la llevaron a aquella sala.

Allí todo el mundo estaba llorando, viendo dos cajas de madera a través de un cristal, con una foto de su mamá y otra de su papá. Giulietta pensaba para sí misma, que si dolía tanto ver esas cajas… ¿Por qué las enseñaban?

Pero nadie le decía nada. Todo el mundo la sostenía en brazos y le daban dos besos diciéndola… “Lo siento mucho pequeña…” Y Giulietta no paraba de contestar, no me duele, no os preocupéis por mí.

La pequeña estaba tan aburrida, que se quedó dormida en en una sillita. Cuando despertó estaba de nuevo en casa de sus abuelos.

“¿Dónde está mamá? ¿Dónde está papá?” decía la pobre llorando desconsoladamente. Era tan insistente que su abuela se arrodilló delante de ella con una tierna sonrisa, intentando explicarle la situación.

“Verás, hija mía, mamá ya no está entre nosotros” Decía la abuela. “Entonces… ¿Dónde está mamá? ¿Cuándo va a volver?” dijo la pequeña Giulietta.

“Tu mamá ya no va a volver. Está ahí arriba, con los ángeles” Dijo la abuela con lágrimas en los ojos mientras señalaba hacia arriba.

La inocente Giulietta asintió con la cabeza mientras sonreía, y su abuela, al verla reconfortada añadió: “Ahora, para hablar con tu mamá hay que ir a la iglesia mañana”.

Pero la dulce Giulietta no podía esperar. Su abuela había señalado el techo de la casa, y es ahí donde la pobre niña quería subir para encontrarse con su madre. Con suerte, estaría su papá también.

La puerta del ático no estaba cerrada con llave, y lentamente, la pequeña Giulietta subía los peldaños uno a uno para no despertar a sus abuelos. El desván estaba húmedo y oscuro.

“¿Mamá?” preguntó la niña en voz alta… Pero no hubo respuesta. “¿Mamá?” volvió a preguntar la niña. Esta vez una figura se veía al contraluz de un ventanuco. La dulce e inocente Giulietta dio unos pasos hacia la silueta, oculta detrás de unas cajas. “Eres mamá… ¿O eres uno de los ángeles que dice mi abuela?” preguntó la niña.

Una mano lechosa con las uñas muy largas se dejó ver con la tenue luz del ventanuco, pero la niña no se asustó. La silueta de una cabeza sin pelo y con las orejas de punta se asomó. Solo se podían distinguir dos ojos brillantes como zafiros, y una voz grave y de tono bajo respondió:

“No soy tu mamá, pero una vez si fui un ángel del cielo…”

5.0 (2)
PDF Donar cuento

Más de este autor

Ilustración de SU MUNDO HECHO PEDAZOS, el preludio de una muerte anticipada

SU MUNDO HECHO PEDAZOS, el preludio de una muerte anticipada

¿A nadie le ha pasado que, de manera recurrente, descubre una sensación de vacío momentánea? De un modo común, lidiamos...

Ilustración de HOY HAY LUNA LLENA

HOY HAY LUNA LLENA

Tímidamente preparo mis aparejos: un cuchillo corto y rudo para clavar en los costados, uno largo y con doble filo...

Ilustración de ¡POR LOS GUSANOS DE MI ATAÚD!

¡POR LOS GUSANOS DE MI ATAÚD!

Al final tuvo que pasar, y yo morí. Soy un hombre… Más bien… Fui un hombre ocupado. A estas alturas...

Ilustración de SU MUNDO HECHO PEDAZOS, la tormenta mental

SU MUNDO HECHO PEDAZOS, la tormenta mental

Herminia dispuso todo para realizar la operación que iba a ejecutar sobre ella misma. Gracias a sus conocimientos de medicina,...

Ver todas las obras
Avatar de Valentino-Prádena
Valentino-Prádena 2025-09-01 10:46:22

Tenebroso relato. El mismismo ángel de los caídos... Jolines. Se siente el terror.