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Guerreros de sangre - Fictograma
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Guerreros de sangre

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averius

Publicado el 2025-06-01 22:03:48 | Vistas 101
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Capítulo 1: El Sueño de Partir

El sol descendía lentamente sobre la pequeña aldea, tiñendo el cielo de tonos anaranjados y violetas. La brisa cálida del verano apenas movía las hojas de los árboles, pero en la casa de los cuatro hermanos, el aire estaba pesado, cargado con una decisión que cambiaría sus vidas para siempre.

Quik, con su habitual expresión severa, afilaba su espada mientras observaba a sus hermanos empacar lo poco que tenían. Yamil, sentado sobre el baúl de ropas, miraba el suelo con una mueca que mezclaba tristeza y determinación. Luke y Wuwin, los más jóvenes, no habían dicho mucho en todo el día, aunque sus ojos reflejaban la incertidumbre que les golpeaba el pecho.

Habían pasado años soñando con una vida mejor. Desde pequeños, miraban a los comerciantes y viajeros que pasaban por la aldea con fascinación. Historias de ciudades majestuosas, de mercados llenos de maravillas, de castillos que rasgaban el cielo. Pero, en la aldea, Las oportunidades eran escasas. Quik y Yamil, siendo los mayores, se habían resignado a trabajar en los campos y en la herrería, mientras que Luke y Wuwin apenas comenzaban a entender lo limitada que sería su vida si se quedaban.

El tiempo de partir había llegado.

—Padre no nos mirará a los ojos cuando nos vayamos —susurró Wuwin, la voz apenas un hilo de sonido.

—Madre tampoco —añadió Luke con amargura—. No quieren que los abandonemos.

Quik apoyó la espada contra la mesa de madera y se frotó la cara con ambas manos. La decisión no era fácil. Su hogar siempre había sido su refugio, el lugar donde, pese a la pobreza, hallaban calor. Pero quedarse significaba condenarse a una vida que no querían.

—Nos recordarán como los hijos ingratos que se fueron —dijo Yamil con una sonrisa torcida—. Quizá tengan razón.

Esa noche, la cena estuvo llena de silencios. Los padres de los cuatro hermanos evitaban mirarlos directamente, y nadie habló más de lo necesario. Cuando la última vela se apagó, los jóvenes recogieron sus bolsas y emprendieron su camino, sin despedidas, sin palabras.

El mundo fuera de la aldea era distinto a lo que imaginaron. Los bosques no eran acogedores; la luna apenas iluminaba los senderos serpenteantes, y cada crujido en la maleza parecía anunciar una amenaza. No había risas, no había historias de viajeros alegres, solo la fría realidad de la incertidumbre.

Quik y Yamil lideraban la marcha con confianza fingida. Luke yWuwin seguían detrás, cada paso sintiendo el peso de la decisión.

—Tal vez fue un error —susurró Wuwin.

Luke, con la mirada fija en el camino, no respondió. Su corazónlatía rápido, pero algo dentro de él le gritaba que no podíanvolver. No había vuelta atrás.

El primer problema fue la comida.

Yamil, confiando en su suerte, pensó que podrían encontrar vendedores ambulantes en el camino. Pero los senderos entre aldeas eran solitarios, y nadie iba a regalarles pan. Así que, la primera noche, se vieron obligados a cazar.

—Quik, tú eres el que sabe rastrear —dijo Luke, frotando sus manos contra el frío—. ¿Puedes encontrar algo?

Quik apretó la mandíbula. En la aldea, cazaba con trampas y redes. Aquí, en terrenos desconocidos, debía improvisar. Se adentró en el bosque y, tras una tensa espera, logró abatir un conejo con su cuchillo. Cuando regresó, Wuwin temblaba de hambre y agotamiento.

—No es suficiente —murmuró Yamil mientras intentaban cocinarla escasa carne sobre una hoguera improvisada.

El hambre fue solo el inicio.

Al segundo día, la fatiga comenzó a hacer mella en ellos. Sus músculos dolían, sus cuerpos se acostumbraban lentamente al peso de sus mochilas. Luke, acostumbrado a experimentar con pociones, intentócrear un remedio con plantas silvestres, pero sin el equipo adecuado, solo consiguió un líquido amargo que nadie pudo beber.

Y luego vino la tormenta.

El tercer día de viaje, los cielos se abrieron y una lluvia torrencial los golpeó sin piedad. No había refugio, solo el lodo y el frío que se filtraban hasta los huesos.

—Debemos encontrar cobijo —dijo Quik entre dientes, empapado hasta el alma.

Divisaron una cabaña abandonada entre los árboles y se apresuraron a entrar. El interior estaba destartalado, pero al menos los protegía del viento helado. Wuwin, el más débil, tosía con fuerza.

—No podemos seguir así —murmuró Luke, frustrado.

Quik estaba de acuerdo, pero no podían detenerse. Debían llegara la ciudad antes de que sus cuerpos colapsaran.

Cuando finalmente llegaron a una aldea más grande en el camino,el mundo real se mostró en toda su crudeza.

Intentaron vender algunas de las cosdas que Luke llevaba desde su colección de su aldea, pero los comerciantes los miraban con burla.

—No les voy a dar nada por esto —dijo un hombre gordo, escupiendo en el suelo—. Se nota que son unos mocosos sin experiencia.

Quik apretó los puños.

—Entonces trabajaremos —propuso Yamil.

Consiguieron empleo limpiando establos por un poco de pan duro. Luke intentó ganar dinero mostrando trucos de malabares en la plaza, pero un grupo de hombres lo rodeó, exigiendo su lugar de trabajo.

—No tienes derecho a vender nada si no tienes un permiso oficial—gruñó uno de los hombres, empujándolo contra el suelo.

Luke sintió su orgullo destrozarse en ese momento.

Pero el peor golpe vino cuando Wuwin desapareció.  

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Avatar de heguendm
heguendm 2025-06-18 22:44:18

Su corazónlatía rápido, pero algo dentro de él le gritaba que no podíanvolver. No había vuelta atrás. tienes un par de errores aquí, faltan espacios en corazón latía etc..

Avatar de ChrisJonathan
ChrisJonathan 2025-06-03 18:32:51

Me está gustando hasta ahora.

Avatar de yamifernan
yamifernan 2025-06-02 09:00:01

Averius, escribes muy bien. La lógica narrativa es perfecta, y no se leen desvaríos o situaciones no relacionadas con el relato que no estás contando. Tu prosa es de buena calidad, así como tu voz. De hecho, estoy ansiosa por leer el siguiente capitulo.

Avatar de averius
averius 2025-06-01 22:13:30

Pueden buscar mi historias en Wattpad si les gusta. Ahí tengo otras mas